Este 28 de enero se cumplen 112 años del nacimiento de Iván Darío Maldonado Bello, prominente ganadero y empresario venezolano que brindó extraordinarios aportes a la modernización de la ganadería y la agroindustria en nuestro país, y participó de manera exitosa en los sectores de la banca y los seguros. Paralelamente con este desempeño, mantuvo una infatigable vocación conservacionista, que implementó en sus hatos y empresas, la cual fue heredada y continuada por sus descendientes.
Desde sus comienzos como ganadero, en la tercera década del siglo veinte, Iván Darío Maldonado empezó a manifestar su inclinación por los temas de la preservación de la naturaleza y la explotación racional de sus recursos, puesta de manifiesto en la progresiva implantación de medidas de protección de la fauna, la flora y las fuentes hídricas en sus estancias pecuarias, orientadas a erradicar la caza furtiva y la práctica inadecuada de la tala y de la quema. Igualmente propició los trabajos científicos y el establecimiento de una Estación Biológica en el hato El Frío, creada a partir del esfuerzo conjunto de la Estación Biológica Doñana, de España, y la empresa INVEGA, representadas por el Dr. Javier Castroviejo y el Dr. Iván Darío Maldonado, respectivamente; por más de tres décadas, entre 1974 y 2009, en dicha estación se llevaron a cabo numerosos proyectos de investigación y programas de resguardo del ecosistema de los llanos venezolanos.
Dentro del dilatado quehacer de Iván Darío en pro del medio ambiente, en esta oportunidad queremos referirnos a su particular interés en el manejo idóneo de la población de chigüires, ya que estos animales, muy codiciados por su carne, eran de los más afectados por la cacería descontrolada. A tal efecto impuso normas rigurosas para regular su captura y, al mismo tiempo, impulsó las iniciativas académicas en favor de un mejor conocimiento de esta especie. El primero de estos trabajos fue el que hizo el profesor de la Universidad Central de Venezuela, Dr. Juhani Ojasti, biólogo de origen finlandés, reputado experto internacional en fauna silvestre, quien llevó a cabo gran parte de su labor en el hato El Frío, y que fueron recogidas en su libro Estudio biológico del chigüire o capibara, publicado en Caracas por el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias, en 1973. En el prólogo del libro Hato El Frío: El corazón de los llanos, el Dr. Javier Castroviejo califica estas indagaciones como precursoras en su área: “…Iván Darío propició los estudios pioneros sobre el chigüire de J. Ojasti, que dieron lugar a un plan de gestión todavía en uso…”
A su vez, la Estación Biológica El Frío tuvo entre sus principales líneas de acción la realización de investigaciones sobre el chigüire, entre ellas cabe mencionar la tesis doctoral del biólogo español Tomás de Azcárate y Bang, titulada “Sociobiología del Chigüire” (1978), de cuya significación y aprovechamiento informa Juan Maldonado Blaubach:
“…En su tesis de grado, Tomás Azcárate hace el estudio que complementa al del doctor Ojasti y, quizás, es el más importante para la explotación racional del chigüire, porque su estudio es sobre el comportamiento social del chigüire. Una vez que nosotros tuvimos conocimiento del comportamiento social del chigüire, pues conocimos sus exigencias y supimos cuáles eran las zonas y áreas que debíamos proteger para él, entendimos qué significaba el área de campeo, que es donde el chigüire mantiene a su pequeña manada… El área de campeo también determina el área de pastoreo, es decir, el área donde el chigüire se alimenta; no solamente en el agua, sino también en las riberas de los ríos o en las orillas de las lagunas. Entonces, sabíamos que el chigüire era un animal herbívoro, sin embargo, su dieta de hierba era bastante amplia, no solamente incluía a las gramíneas que crecen en la orilla de estas fuentes de agua, sino también que comía algunas especies acuáticas, como la Bora o el Jacinto morado. Entonces, ahí nos damos cuenta de que es en esa área, donde el chigüire se alimenta, pues había que protegerla, ahí estaba su alimentación…”
[AHFM N° 4591: Entrevista hecha a Juan Maldonado Blaubach por Natalia Díaz, Ciudad de México, s/f]

LGEM-BNº 6 (Ilustración de la tesis de grado de Tomás Azcárate, que muestra las posiciones adoptadas por los chigüires).

LGEM-BNº 6 (Ilustración de la tesis de grado de Tomás Azcárate, que muestra las posiciones adoptadas por los chigüires).
Otro episodio relevante en esta gestión apropiada del chigüire, por parte del Dr. Maldonado, tiene que ver con la contratación del ingeniero agrónomo alemán Markus Julius Trepte, en 1996, “…para hacer un estudio en nuestras fincas ubicadas en los estados Apure, Cojedes y Barinas, sobre los animales silvestres tales como babas, chigüires, galápagos, etc. Del cual el Sr. Trepte es especialista en la materia.” Entre 1996 y 1997, el ingeniero Trepte llevó a cabo su asesoría que incluyó consultas a especialistas en universidades y laboratorios farmacéuticos de Alemania y Austria; además de trabajos de campo en los hatos El Frío, Corralito, Santo Cristo, Espinito, Ojo de Agua y Barrera, efectuados entre noviembre de 1996 y marzo de 1997. Al final, en carta fechada el 3 de abril de 1997, el Dr. Iván Darío Maldonado expresa a Trepte su agradecimiento por su labor: “Ha sido de mucho agrado para nosotros su visita a nuestro país, así como la colaboración que ha prestado en el desarrollo de las investigaciones tanto en la Estación Biológica como en el Hato El Frío… Agradecemos sus servicios profesionales, como el esfuerzo desplegado en función de las tareas asignadas.”

AHFM N° 394: (portada del Informe de Markus J. Trepte)
Un testimonio final sobre esta buena práctica relativa al manejo del chigüire en las propiedades de la familia Maldonado, lo encontramos en un memorándum de fecha 15 de abril de 1996, dirigido a Peter McBride – Ranch Management Consulants, Inc., firmado por los doctores Iván Darío Maldonado y Vicente Carrillo-Batalla, contentivo de información sobre la empresa C.A. INVEGA, que contiene la siguiente mención sobre este tema:
“En el Hato El Frío se ha desarrollado por años una operación de aprovechamiento racional del Chigüire. En años recientes se ha explotado un promedio de 3.000 animales por año de un peso promedio de 40Kg. La carne de Chigüire se vende en Valencia y es muy apreciada. La operación depende de las condiciones ambientales, de los permisos que se solicitan y se conceden para cada oportunidad y del control de los cazadores furtivos.”
[AHFM N° 638: Memorándum de Iván Darío Maldonado y Vicente Carrillo-Batalla para Peter McBride. 15-4-1996.]

AHFM N° 3476: (fotos de chigüires en el libro “Hato El Frío…”: pág. 2).

AHFM N° 3476: (fotos de chigüires en el libro “Hato El Frío…”: pág. 150).

AHFM N° 5138: (postal del “Capibara o chigüire”).
Las publicaciones pueden consultarse en www.hatoelfrio.com
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