Por: Juan Moreno.

“La naturaleza misma de existir como nación pide imperiosamente el establecimiento, siquiera en su forma más simple, de la institución de la enseñanza, como quiera que sin luz intelectual no pueden las sociedades vivir en la libertad y el derecho, ni escapar a los peligros de la tiranía, ni gozar de los productos de su trabajo…”.
Samuel Darío Maldonado, 1909.

Se cumplen 154 años del nacimiento de Samuel Darío Maldonado (Ureña, 7-2-1870), y la ocasión es propicia para recordar lo significativa que fue su gestión al frente del Ministerio de Instrucción Pública de Venezuela, entre 1908 y 1909, donde hizo importantes aportes orientados a propiciar una transformación integral del sistema educativo venezolano, con el propósito de adaptarlo a los requerimientos del progreso y la modernización.

El principal testimonio de sus ideas sobre lo que debería ser la formación escolar, así como también de sus propuestas y realizaciones en este campo, es la Memoria que presentó ante el Congreso Nacional en abril de 1909, en la que además de informar sobre las actuaciones de su despacho, presentó un detallado diagnóstico del estado de la enseñanza pública para ese momento, exponiendo de manera cruda las graves deficiencias del sistema escolar venezolano en sus distintos niveles, que entre otras cosas adolecía de una pedagogía que él consideraba rezagada con respecto a “los métodos racionales de enseñanza de que ofrecen palpable ejemplo las naciones civilizadas del orbe”.

AHFM N° 5067: Decreto del nombramiento de SDM como Ministro de Instrucción Pública.

Las propuestas planteadas por el Dr. Maldonado, las cuales orientaron su desempeño en este ministerio, contemplaban el incremento del número de centros educativos, repartidos de manera proporcional en los distintos estados del país; la construcción de edificaciones escolares modelo, dotadas de material didáctico idóneo; priorizar la incorporación de docentes profesionales, considerando de mayor provecho para la formación de los niños, el predominio de las maestras en los primeros grados; la reformulación de las escuelas normales adaptándolas a los postulados pedagógicos modernos; la elevación del rango de exigencia en los estudios de bachillerato; y el fortalecimiento de la educación universitaria.

Es muy meritoria la especial trascendencia que Samuel Darío Maldonado atribuía a la ampliación y consolidación de la llamada “instrucción popular”, a través de las escuelas nocturnas y las de artes y oficios. Al respecto señaló en la Memoria que presentó en 1906, que las escuelas nocturnas eran “muy relevantes en los centros obreros y en los vecindarios rústicos, donde ocupados en el día los brazos, apenas quedan las horas tempranas de la noche para adquirir los conocimientos escolares…”  Y en relación a las escuelas de artes y oficios, afirmó que las mismas “están reputadas hoy como las verdaderas universidades de las clases pobres; el aprendizaje en ellas se dirige a formar ciudadanos aptos para el trabajo fecundo y para la acción social, aparejando sin embargo a la instrucción técnica la cultura intelectual”.

AHFM N° 4906.

Fue así como, durante su ejercicio como Ministro de Instrucción Pública, formando parte del primer gabinete designado por el presidente Juan Vicente Gómez en 1908, que Samuel Darío Maldonado pudo exponer sus preclaros criterios sobre la educación y contribuir de manera considerable a su puesta en práctica, demostrando su genuino interés en esta materia, que lo incitaba a mantenerse muy bien informado sobre los adelantos pedagógicos que entonces se estaban aplicando en los países más desarrollados.

AHFM N° 5067: Primer gabinete ministerial del Presidente Juan Vicente Gómez. 1908.