En mayo de 1942 Iván Darío Maldonado compró la hacienda Paya
Por: Juan Moreno

Con el propósito de contar con un predio cercano a Valencia, donde poder encerrar y engordar el ganado que traía de sus hatos llaneros, para luego venderlo a los expendedores de carne, Iván Darío Maldonado compró al Banco Agrícola y Pecuario la hacienda Paya, el 28 de mayo de 1942, en sociedad con el señor José Manuel Sánchez, quien para el momento era ya un acreditado comerciante, fundador de la empresa Sánchez y Cía., amigo de la familia y consejero de Iván Darío en asuntos de negocios. Este inmueble, ubicado en las cercanías de la ciudad de Valencia, pertenecía al Banco Agrícola y Pecuario desde el año 1940, cuando le fue cedido por sus propietarios Hernán Stelling, Maruja Stelling, Oswaldo Stelling y Marta Stelling, como pago de un préstamo.

Buena parte de los terrenos de Paya fueron expropiados a comienzos de la década de 1970 por el ejecutivo nacional, por razones de utilidad pública, para la construcción del embalse que surtiría de agua al acueducto de Valencia. En una carta enviada al señor José Manuel Sánchez el 4 de noviembre 1971, en momentos en que se llevaba adelante esta expropiación, Iván Darío Maldonado rememora las condiciones en que se encontraba la hacienda cuando la adquirieron: “…nada de pastos, una casa en ruinas. Un viejo ingenio abandonado, poco terreno, camino de herradura únicamente. Buen suelo, mucho agua y posibilidades de comprar más terrenos a los vecinos…” Igualmente se refiere a los trabajos que realizó para acondicionarla y a lo provechosa que resultó para la comercialización de su ganado: “…Empecé a tumbar montes, a sembrar pastos. Los ganados apureños engordaban rápidamente en los pastos nuevos, yo mismo los traía a Valencia, unas pocas horas de marcha, se vendían y los clientes aun cuando pagaban precios bajos y a plazos, siempre cumplían a cabalidad…Hoy [1971] tenemos una gran finca, mejor que ‘Tocorón’, que cualquier otra en su región; en su capacidad y en su rendimiento. Se engordan anualmente 4.000 novillos.”

Además de ocuparse de la actividad ganadera, Iván Darío llevó a cabo en Paya una intensa labor de protección de sus fuentes agua, enfrentando la tala y la quema indiscriminada, que era una práctica común en la región, e implementando un ambicioso programa de reforestación, tal como el mismo lo relata en un artículo de su autoría publicado el 4 de junio de 1972 en el periódico El Regional de Valencia:

“Para acondicionar esta finca fue necesario desmontarla y reforestarla, cuidar sus ríos, limpiar el curso de sus riachuelos y quebradas existentes que bien se pueden contar veinticuatro de ellos, a los cuales había que establecerles sus márgenes protectores de árboles a lo largo de su corriente y sobre todo sus cabeceras, construir represas para almacenar el sobrante de agua de invierno y luego usarla en el verano. Inicié entonces una labor metódica de plantar árboles y sembrar pastizales durante más de treinta años…

“…Los varios millones de estos árboles nuevos: mangos, guanábanos, aguacates, caimitos, cedros, caobos, apamates, samanes, veras, acapros, cartanes, moras, Palma Yagua, etc., constituyen las más valiosas bienhechurías de Paya. Los campesinos creen y yo también, que la Palma Yagua aumenta el caudal de las aguas en las vertientes y quebradas donde vive; examinamos su maravilloso sistema radical y nos convencimos de esto, por eso las cuidamos, les hacemos contrafuego, cortamos los enormes racimos de semillas maduras y los desgajamos y sembramos. Impedimos inclusive que se fabricase vino de Yagua que por tradición los campesinos lo consumen en ciertas festividades, pues es necesario tumbar un árbol adulto de palma para fabricar unas pocas botellas de vino…”
[AHFM N° 5222: MALDONADO, Iván Darío, “Agua para Valencia”, El Regional, Valencia, 4-6-1972, pág. 3].

AHFM N° 292

AHFM N° 2629